Auschwitz Challenge
Etapa 2 - DEVENTER - CAMINO HACIA LA ESPERANZA


Estimado peregrino, estimada peregrina:
¿Qué tal has descansado?
Espero que muy bien, aunque sé que el trabajo espiritual de ayer no siempre es fácil. Hacer “espeleología” familiar no siempre es agradable porque en más de una ocasión uno se topa con alguna herida. Pero, por otro lado, cuánto hay que agradecer porque si estamos aquí es porque otras personas optaron por nosotros y nos sacaron adelante.
Una vez que llegues a Deventer, me ofrezco a dar una vuelta contigo por sus maravillosos parajes. Además de ser un buen taxista, también me encanta el senderismo y aprovecho los días libres para respirar aire fresco a orillas del río IJseel.
Seguramente que en el tren contemplarás paisajes sorprendentes que te dejarán boquiabierto y te elevarán el alma. Era lo que le pasaba a Etty. Cuando ella necesitaba descansar de su vida universitaria en Ámsterdam, iba a visitar a sus padres que se habían establecido en Deventer hacía años. Allí, su padre Louis, llegó ser director del instituto (“gimnasio” lo llamaban allí) y la familia encontró algo más de estabilidad. Los padres de Etty solo abandonaron su casa cuando las fuerzas armadas les obligaron a salir… y ya nunca más volvieron.
Actualmente, el liceo de esta ciudad se denomina “Etty Hillesum” y allí es posible encontrar el centro de investigación sobre Etty Hillesum.
Volviendo a lo que antes decíamos - ¡cuánto hablo! Si te aburro me dices y callo un poco- realmente la belleza de la naturaleza ayudó a comprender a Etty que nunca nadie podría quitar la libertad a ningún ser humano porque siempre nos quedaría la posibilidad de mirar al cielo… Un cielo que era el mismo para los que estaban internos en los campos de concentración y para los que estaban fuera. Las flores, los árboles… todo habla de que la vida es bella a pesar de todo. En definitiva, Etty encontró en la naturaleza una buena razón para arrodillarse, que era el gesto corporal por excelencia de esta joven.
Otro hombre que ejerció su libertad en el campo de concentración de Auschwitz fue el franciscano Maximiliano Kolbe. Un prisionero escapó y las autoridades nazis, como escarmiento al resto de internos, eligieron a diez personas del barracón para que murieran de sed y hambre en el búnker de la muerte. Kolbe no fue elegido entre esos diez, pero sí fue calabozo maldito… ¿por qué?
Bueno, no quiero adelantarte nada. Simplemente te digo que lo que ocurrió fue, nuevamente, la manifestación del amor heroico en medio de la oscuridad del mal. La crueldad se echa a temblar cuando aparece el bien.
Pero bueno…
Así que, querido peregrino, querida peregrina…
¡EUNTES!



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Material para extra motivados
RECETA DEL DÍA: SOPA HOLANDESA DE VERDURAS
INGREDIENTES
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150 gramos de carnes de cerdo picada
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150 gramos de carne picada de vaca
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1 cucharada de pan rallado
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1 cucharadita de nuez moscada
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1 cucharadita de sal
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1 cucharadita de pimienta negra molida
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1 litro de caldo
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200 gramos de judías verdes y verduras variada
Si te has decidido a elaborar esta riquísima sopa de verduras holandesa verás que es muy fácil y sencilla de realizar y la tendrás hecha en muy pocos minutos. Lo primero que tienes que hacer son las albondiguillas por lo que debes coger un bol y añadir la carne picada tanto de cerdo como de ternera junto con el pan rallado, la sal, la pimienta negra y la nuez moscada. Con la ayuda de las manos ve amasando todo hasta conseguir una masa homogénea que puedas manejar sin problemas. Ve haciendo pequeñas albóndigas del tamaño de una canica y reserva en una fuente hasta acabar con toda la carne picada.
Acto seguido debes empezar a calentar el caldo de verduras en una cazuela hasta que empiece a hervir. Coge las verduras que tú quieras como zanahorias, pimientos, berenjenas y corta en juliana. Recuerda que las verduras deben ser frescas y de temporada y evitar las congeladas. Añade las verduras cortadas en juliana al caldo y deja cocer a fuego lento durante unos 20 minutos más o menos. Ahora es el momento de ir añadiendo poco a poco las albóndigas y dejar durante un par de minutos. Cuando las albondiguillas floten en la superficie ya puedes apagar el fuego y dejar reposar durante unos minutos.

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